Más de 500 delfines muertos en las Islas Feroe desde que se reanudó la caza en mayo.

En la tradición feroesa conocida como “grindadr áp”, o “grind” para abreviar, los cazadores rodean a las ballenas piloto y los delfines con un amplio semicírculo de botes de pesca y los conducen a una bahía poco profunda donde quedan varados. Los pescadores en la orilla los matan con cuchillos.

Cada año las imágenes de la sangrienta cacería aparecen en los titulares de todo el mundo y son recibidas con indignación. Y no es para menos.

En 2022, el gobierno limitó a 500 el número de delfines de flanco blanco del Atlántico que podían ser asesinados al año, después de que una matanza inusualmente grande de más de 1400 causó protestas incluso entre la población local.

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