“Biblioteca Al Paso” Quemada: Vandalismo Arrebata Ilusión de Niño
Un acto de vandalismo ha destruido la “Biblioteca Al Paso”, un proyecto de lectura creado por un niño en un parque. El pequeño, con la intención de compartir su amor por la lectura, había colocado una selección de libros para que cualquier persona que pasara por el lugar pudiera disfrutarlos.
Sin embargo, la iniciativa fue recibida con un acto de crueldad: personas desconocidas incendiaron los libros, dejando solo cenizas y una profunda tristeza.
Eduardo Saldivia, padre del niño, ha expresado su indignación y dolor por el acto vandálico. “Mi hijo contento dejaba libros para que lean, con qué necesidad, ¿dónde está el sentido de pertenencia?”, se preguntó Saldivia al compartir las fotografías de los libros quemados y la imagen de su hijo colocando los libros en el espacio que habían creado.
La “Biblioteca Al Paso” era un proyecto que buscaba fomentar la lectura y el acceso a la cultura en la comunidad. La destrucción de los libros representa un golpe a la iniciativa y a la ilusión del niño que la impulsó.
Cenizas de Ilusión: Cuando la Indiferencia Se Traduce en Fuego
Dos imágenes, un contraste brutal. En una, un niño, con la inocencia de la infancia, deja libros en un parque, con la esperanza de compartir su amor por la lectura. En la otra, la misma escena, pero convertida en ceniza, la “Biblioteca Al Paso” quemada, víctima de la indiferencia y la violencia.
La historia de Eduardo Saldivia y su hijo nos recuerda la fragilidad de la esperanza y la crueldad de la ignorancia. Un pequeño, con la ilusión de crear un espacio de lectura para la comunidad, ve su sueño reducido a cenizas. La pregunta que nos deja esta historia es: ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?
La “Biblioteca Al Paso” no era solo un espacio físico, era un símbolo de la generosidad, la empatía y el deseo de compartir el conocimiento. La quema de los libros no fue solo un acto de vandalismo, fue un ataque a la cultura, a la educación, a la posibilidad de un futuro mejor.
La indiferencia, la falta de respeto por el trabajo ajeno, la violencia gratuita, son síntomas de una sociedad enferma, donde la empatía y la solidaridad se han perdido en el camino. Es necesario que, como sociedad, despertemos de esta letargo y nos comprometamos a construir un mundo donde la cultura, la educación y la esperanza no sean víctimas del fuego de la indiferencia.
Que la historia de los libros quemados no sea solo un episodio triste, sino un llamado a la acción, a la reflexión, a la construcción de un futuro donde la lectura, el conocimiento y la empatía sean los pilares de una sociedad más justa y solidaria.