El reciente rompimiento de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador es el resultado de una serie de desencuentros que han expuesto diferencias entre ambos países desde la llegada del presidente López Obrador.
Uno de los eventos que contribuyó a esta situación fue la violación de la Convención de Viena cuando las fuerzas policiales ecuatorianas ingresaron a la embajada mexicana para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien tenía asilo político en México.
Esta acción provocó la suspensión de relaciones diplomáticas por parte de México y la condena de varios países de la región.
Sin embargo, estos desencuentros son el reflejo de tensiones políticas y económicas que se han ido gestando en los últimos años. Por ejemplo, hubo diferencias en cuanto al reconocimiento de los resultados electorales, lo cual llevó a la declaración de persona non grata de la embajadora de México en Ecuador.
Además, las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre ambos países se estancaron debido a discrepancias en temas como la inclusión de productos como el banano y el camarón. Esto impidió que Ecuador se integrara en la Alianza del Pacífico, un mecanismo de integración económica y comercial en la región.
Estos desencuentros han expuesto las tensiones políticas y económicas entre México y Ecuador, lo que finalmente llevó al rompimiento de relaciones diplomáticas. La situación actual refleja la necesidad de abordar y resolver estas diferencias para restablecer una relación bilateral sólida y constructiva.
