Hallan 40 bebés asesinados, algunos de ellos decapitados, en una comunidad: “No es una guerra, es una masacre terrorista”
Las Fuerzas de Defensa Israelí (IDF, por sus siglas en inglés) acudieron con varios corresponsales internacionales de guerra al kibutz de Kfar Aza en el que una nueva ofensiva por parte de Hamás ha terminado con la vida de «al menos 100 personas», tal y como confirmaron los periodistas desplazados.
Uno de los oficiales del ejército de Israel declaró a una reportera de la televisión local ‘i24 News’ que entre los restos del ataque han hallado «al menos 40 bebés, algunos de ellos decapitados» en otra gran muestra del horror provocado por el grupo terrorista islamista.
Un portavoz del Ejército israelí aseguró que no tenía información que confirmaran las denuncias sobre «bebés decapitados», según recoge la agencia turca Anadolu.
El kibutz de Kfar Aza está situado entre Netivot y Sderot, a unos cinco kilómetros al este de la franja de Gaza, en la zona más castigada por la embestida de Hamás. En 2021 tenía una población de 765 habitantes, aunque este dato tendrá que ser revisado después de lo vivido en las últimas jornadas.
El kibutz fue establecido en agosto de 1951 por inmigrantes y refugiados judíos de Egipto y de la ciudad marroquí de Tánger. Fue abandonado temporalmente en 1955, y dos años después renació.
El pasado sábado, en plena acometida terrorista, periodistas de la agencia AP presenciaron el secuestro de cuatro civiles del kibutz. Apenas un aperitivo del horror descubierto este martes después de que el Ejército israelí retomara el control de la comuna agrícola.
Apenas podía contener las lágrimas la periodista de ‘i24 News’ al tiempo que relataba la barbarie y recordaba las palabras del miembro de las IDF al describir el desolador decorado de este poblado que recordaba al de una distopía apocalíptica:
«Esto no es una guerra. No es un campo de batalla: es una masacre. Ves a los bebés, a sus madres y sus padres, en las habitaciones y refugios donde trataron de ponerse a salvo… y cómo los terroristas los han matado. No es una guerra», declaró el general Itai Veruv mientras paseaban en medio de las ruinas y el silencio.